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Carta abierta a la Alianza

Baires, Mayo del 2000.

El huevo de la serpiente o la muerte de la política.

La ciudadanía asiste perpleja a la remake inesperada de una película tristemente ya vista... ¿no hay otra?   hay que ver más de lo mismo, más de sinrazón desmesurada, de reeditada y trágica lógica menemista.

Se recuerda acaso la vocación exitosa de Menem por desquiciar la relación entre ética y política, entre mentira y realidad  ¿hoy ya no hace falta insistir... ¿la gobernabilidad esta pactada?  Chacho ya no dice más, que el ex, es un delincuente, hoy en cambio, le encomienda que calle...  total, con  dura lex  para las figuras emblemáticas de Maryjul y Alderete, alcanza, so sobra, dale nomás, dale que va! 

Por otra parte, según se nos alerta preocupadamente, el funcionamiento mismo del Parlamento, dispositivo básico del poder republicano, pareciera haber sido amenazado por el riesgo de un copamiento anarquizante a manos del díscolo Moyano  ¡Qué falta de seriedad, Fredi!   Desgraciadamente comienza a denotarse ya,  la clásica gimnasia de bastardear el poder político delegado  -apenas meses ha-  en las urnas... funerarias. De tal modo, se advierte claramente que el compromiso electoral se desdibuja y se fuerza alegremente la resolución de los grandes temas que hacen a la paz social, al lecho de Procusto, al cepo de una histórica y repetida apuesta por un presidencialismo fuerte, que vale recordar, contraría flagrantemente la apertura que pretendía impulsar la reforma –que se sepa- vigente de la actual Constitución Nacional.

La historia entonces, deviene historieta atrapada en  abracadabrante caja de Pandora, el lugar de  un Juicio Político,  lo ocupa el poder encarnado en un solo hombre: hoy, Don Fernando, homo politicus que por su parte, ya ha avisado claramente en discurso presidencial y escenografía republicana, que la opción esta planteada:  se debe actuar en sintonía con  el necesario consenso... o el actor social   –léase la pobreza  y/o  quien la represente-  políticamente se extraterritorializa,  se auto excluye,...  reléase la alocución al respecto del Sr. Presidente.

Con relación a la seguridad, o sea por definición, a la tutela del derecho a la vida a la que se debe por delegación elemental el Estado, no se advierte acaso por ejemplo, que aceptar que las fuerzas policiales baleen a los actores de una escena de fuga con rehenes o permitir que disparen sus armas en una persecución a chorros en la vía publica, no resulta precisamente una solución progresista y menos aún una propuesta racional  ¿o sí?

¿Y? ... irrespetuosamente como en universo Discepoliano, (e irresponsablemente,  hay que decirlo) se ha validado en los hechos, el increíble desprecio por la vida que sin anunciadas galas, fuera presentado a fines del siglo pasado  en sociedad bonaerense, por figura  -si la hay-  de envidiable coherencia intelectual:  Herr. Gobernator  Hay-que-Meter-Bala. Se sabe además, que tal desprecio, no solo alcanza la vida del delincuente. Ramallo y los casos posteriores no dejan mentir.

Sorprendentemente afín, con tal espíritu de acción protectora, de tan curiosa acepción de la noción del Bien Común,  el Dr. Alfonsín, el mismo -nada menos- que nos legara para los tiempos la  primacía de la juridicidad ante los actos criminales de los mandos militares reponsables  del Terrorismo de Estado,  más que despeinado, se ha  despeñado,  justificando en ocasión del patético caso de la abandonada Corrientes, que las fuerzas del orden de Gendarmería, utilizaran balas de goma para dispersar a gente hambreada, gente de pueblo, allá lejos, en la bruma inclemente de una madrugada en un puente... por que sabés?  Las balas de goma serán un horror, pero son mas humanistas que las de plomo... ¿viste?  ¿Y los ideales progresistas social demócratas?  -Bien, gracias.

La gravedad del tema, actualizada hace unos días,  por un Mathov que casi mata... y que vaya a saber quién de qué se ríe, resulta obvia: La banda menemista dió lo que dejó. Queda la Alianza en la disyuntiva: se decide a jugar su rol

a la altura de las circunstancias o la malhadada continuidad de la relación carnal con las madres patrias, la ibérica, y la  norteuamericána,  acentuará una espiralada y evidente implosión social, producto al fin de cuentas, del modelo de exclusión sin red de  M. de Hoz y Cavallo.

Vale por último, la pregunta del millón, aún sin respuesta: Hace falta que el filántropo Varsavsky (el pibe piola que donó once palos verdes para impulsar el vínculo Internet-Educación) deba avisarnos  por TV, que hay que replantear las tarifas de los servicios públicos privatizados, a valores no mayores, a los que tales empresas facturan en sus países de origen. No se sabe acaso que con los impuestos a los medio ricos no alcanza, que hay que recuperar el poder político como Nación... ¿ y los 300 mangos del seguro de empleo para cortar  al menos el genocidio del hambre?    ¡Qué!  ¿La hiper también licuó el poder político?  Pero, ¿y... no queda nada?  ¿vergüenza tampoco?

              Olvidaba  que el título de esta carta abierta a la Alianza, recuerda  un film de los setenta  y  según parece,  superados  los juegos de artificio electorales,  la repetida  deserción de la clase política, requiere más política, para que la Argentina  deje de ser un culebrón de cuarta.  Una película que no va mas.